viernes, 30 de abril de 2010

Ensayo sobre la psicología de las masas. Parte 2

En las masas el tipo de pensamiento que opera es el privado. Las masas piensan afectivamente  o sentimentalmente. Le Bon menciona que las masas piensan con imágenes. El pensamiento con imágenes se refleja directamente en un pensamiento con sentimientos.

Los actos de una masa forman parte directamente de sus imágenes, de sus sueños e idealizaciones.  Por esto, la idea de espacio y tiempo no existe en las masas, así como tampoco existe en los sueños, que también se forman de imágenes de la misma manera que el pensamiento de las masas.

Los actos de maldad y bondad no existen desde la perspectiva interna de las masas, “el individuo no sabe lo que está haciendo, porque es la masa la que lo está haciendo”. Del mismo modo, sentimientos como la alegría y la tristeza tampoco se pueden diferenciar en una multitud, existe un constante cambio entre estos o más sentimientos dentro de un movimiento de masas,  no hay una estabilidad afectiva.

Jürgen Habermas dice que dentro de la interacción entre individuos, existe la “promesa” de una comunicación, que al final no se cumple porque se recurre a un lenguaje de tipo público, y por lo tanto, se suele recurrir al engaño y/o a la mentira  para cubrir esa necesidad de cumplir la promesa de comunicación. En los movimientos de masas si se cumple esa promesa, porque no existe una comunicación con un lenguaje formal. Como se dijo anteriormente su comunicación es afectiva.

Los movimientos de masas intentan mantenerse, y para lograrlo buscan la manera de crecer, involucrando al mayor número de gente. Al mismo tiempo se da un fenómeno contario a la expansión, se contraen, en las multitudes existe una tendencia a la comunión, observándose un movimiento de fusión entre los individuos. Este afecta directamente a la duración del movimiento de masas, por lo que su existencia casi siempre es efímera, al no poder sostener esta contradicción de crecer y estrecharse en el mismo momento.

Bibliografía:

Le Bon, G. (1845). Psicología de las masas. Madrid. Morata
Moscovici, S. (1984). La era de las multitudes. México, FCE
Canetti, E. (1961). Masa y poder. Madrid, Alianza




miércoles, 28 de abril de 2010

Esayo sobre la psicología de las masas. Parte 1



Una de las finalidades de la psicología social, fue la psicología de las multitudes humanas o también llamada psicología de las masas. Para entender la psicología de las multitudes, uno tiene que estar dentro y fuera a la vez. En los movimientos de masas la sociedad se encuentra a sí misma, se reconoce con los demás.

A Gustave Le Bon se le atribuye la teoría de las multitudes en su libro “psicología de las masas” de 1945, sin embargo, Sighele escribe antes “Psicología de las sectas criminales” en 1942. Se dice que Le Bon plagia las ideas de Sighele.

Le Bon decía que las masas serian el motivo por el cual la sociedad de ese tiempo iba a ser destruida, jugaba con el miedo que se provocaba al ver los movimientos de masas de la época.

Elías Canetti en su libro “masa y poder” de 1961, dice que el miedo no se encuentra ubicado en las multitudes, sino más bien en la idea del retorno del pasado primitivo de la especie humana, por ejemplo la idea de la revolución francesa que había quedado marcada en las sociedades europeas.

Canetti menciona un fenómeno interesante al parecer observado en la sociedad inglesa de ese tiempo, este es el temor a ser tocado. Al juntarse las masas ese temor se invierte y aparece un “ritmo” en el cual la masa participa en su conjunto, una especie de movimientos sincronizados como si la multitud fuera una sola, individuos fusionados en su conjunto. Las individualidades se disuelven y aparecen las masas.

Existe una característica de las masas llamada supraindividualidad, que se manifiesta en la forma de uno o varios líderes que “manejan” a los grupos o masas. Moscovici al respecto dice que el líder es la multitud convertida en un individuo. La multitud crea al líder, y también tiene la capacidad de destruirlo o sustituirlo.
El líder no se explica por sí mismo porque este sale de las masas, pero tampoco explica a la multitud en su totalidad. El líder es el punto de mayor intensidad en una masa, hacia donde converge toda la multitud. El líder no solo puede ser una persona, también puede ser un objeto o una situación concreta.

Otra característica de los movimientos de masas es la irruptibilidad, esta nos habla de que existe tanto una racionalidad pública, como una racionalidad privada. En el tipo de pensamiento público en los individuos opera el lenguaje con todas sus reglas de conversación, es un lenguaje formal para la comunicación. En cambio, en el pensamiento privado lo que opera es la afectividad primitiva, por lo tanto, un lenguaje de tipo más primitivo y apegado totalmente a lo afectivo.

Biografía:

Le Bon, G. (1845). Psicología de las masas. Madrid. Morata
Moscovici, S. (1984). La era de las multitudes. México, FCE
Canetti, E. (1961). Masa y poder. Madrid, Alianza

miércoles, 7 de abril de 2010

La motivación en el aprendizaje.

Hablar del aprendizaje como tal, es hablar de la forma en que una persona aprende, la capacidad individual que cada uno tiene, los periodos de desarrollo aptos para que el individuo aprenda algo e incluso el tipo de aprendizaje que cada individuo adquiere. Pero en pocas ocasiones hablamos de que tan dispuesto está el individuo a aprender, sus motivos, sus metas, etc. Y también nos olvidamos de las condiciones del contexto para que una persona aprenda.

Como podemos ver estas dos últimas premisas están directamente involucradas con la motivación. Pero qué es la motivación, a mi particular punto de vista es esa capacidad que tenemos, ya sea dada por impulsos, deseos, necesidades, etc., que nos llevan a cumplir un fin, un objetivo o una meta especifica.

Enfocándonos en este momento en el aprendizaje escolar, donde se involucran factores diferentes para que los alumnos aprendan (los padres, profesores, ambiente escolar, compañeros, planes de estudio, etc.), que directamente influyen en la motivación del estudiante para su correcto aprendizaje.  Todos estos factores juntos pueden influir de tal manera que el estudiante sea víctima del fracaso escolar, o en el otro extremo, logre el éxito en sus metas, independientemente de la capacidad intelectual del individuo.

Para que el aprendizaje en la edad escolar sea adecuado, debe de existir un estado motivacional en el estudiante, tanto interno (que el alumno tenga los motivos necesarios para aprender y lograr sus metas), como externo (que los padres y los profesores evoquen esos motivos internos en los estudiantes).

La motivación que tenga el estudiante, es un factor fundamental para el adecuado aprendizaje del alumno, y también como se había mencionado los factores ambientales que influyen en ella (que su ambiente de estudio sea agradable, que los planes de estudio estén bien diseñados, que exista una buena comunicación con sus compañeros, etc.).

Por lo tanto, se necesita de la motivación interna adecuada para que un individuo aprenda en cualquier contexto, pero es difícil que un individuo salga adelante solo por sus motivos internos, deben de existir  incentivos externos que permitan el adecuado aprendizaje.