sábado, 5 de junio de 2010

El pensamiento moral. Parte 1

Regreso a postear otro ensayo que he realizado durante este ciclo escolar, como ya se habrán podido dar cuenta el ensayo es el tipo de trabajo que me gusta más realizar.

El ensayo es largo pero muy interesante, espero atraparlos para que lo lean, me encantaría que me dejaran sus comentarios en cada uno de los posts que voy a ir subiendo, intentare ir subiendo una o dos partes por dia, y lo quiero hacer en varios post. También les dejare las referencias en esta primera parte y al ultimo les pondré el link donde lo subiré completo.

Referencias.

Araujo, F. (2000). La construcción del juicio infantil y el ambiente escolar cooperativo. Revista Chilena de Psicología: Educar, 26, 151-163.
Bartels, D. (2008). Principled moral sentiment and the flexibility of moral judgment and decision making. Cognition(108), 381-417.
De Scioli, P., & Kurzban, R. (2009). Mysteries of morality. Cognition, 112, 281-299.
De Waal, F. (2007). Primates y Filósofos: La evolución de la moral del simio al hombre. Barcelona: Paidós Ibérica.
Fiery, C. (2008). Crime and punishment: Distinguishing the roles of causal and intentional analyses in moral judgment. Cognition(108), 353-380.
Hauser, M. (2010). Mayan morality: An exploration of permissible harms. Cognition(115), 207-224.
Hauser, M. D. (2008). La mente moral, Cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal. Barcelona: Paidós Ibérica.
Misfud, T. (1995). El pensamiento de Jean Piaget sobre la psicología moral: presentación crítica. México: Limusa.
Nichols, S. (2002). Norms with feeling: towards a psychological account of morality judgment. Cognition(84), 221-236.
Pinker, S. (2003). La Tabla Rasa: La negación de la naturaleza humana. Barcelona: Paidós Ibérica.

Introducción.

Un juicio moral se distingue de un juicio desagradable en la idea que el primero conlleva una emoción que se da a partir de un doble conflicto, en cambio, el otro tipo de juicio solo lleva una carga de desagrado a la persona que los está expresando, sin poner en ningún  momento en conflicto a la persona. Por ejemplo, cuando nos topamos con el dilema moral de si está bien o no matar a una persona, la carga emocional que activa el solo hecho de pensarlo nos pone en un conflicto moral, el cual tendríamos que razonarlo al menos dos veces sin la existencia de algún motivo de por medio. Sin embargo, por ejemplo si nos encontramos con un insecto desagradable en la mayoría de los casos podríamos quitarle la vida sin entrar en un conflicto afectivo y mucho menos en un dilema moral.

      La mayoría de las personas que se encuentran con el concepto de moral en su vida cotidiana comparten la perspectiva de que el razonamiento moral consciente a partir de principios explícitos es la causa de nuestros juicios morales. Esta idea es formulada a partir de los principios explícitos que recibimos de la interacción con las personas que nos rodean  e incluso de la misma sociedad en la que nos hemos desarrollado, creemos que los valores y principios que nos inculcan son la base de todo nuestro razonamiento moral y por lo tanto de lo que decimos es bueno o malo en nuestra vida (Hauser, 2008).

      Pero qué pasaría si esto fuera diferente, si en realidad contamos con mecanismos internos que rigen nuestra conducta moral. Si estos se encuentran mediados por un proceso inconsciente que parecido a lo que Noam Chomsky propuso en el lenguaje, el ser humano cuenta con una gramática universal oculta que nos permite valorar las causas y consecuencias de las acciones que llevamos a cabo cada uno de nosotros día a día (Hauser, 2008).




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