martes, 23 de febrero de 2010

El mexicano, psicología de sus motivaciones. Santiago Ramírez.

Que tal como estan, a continuación les dejo un pequeño ensayo que hice hace algún tiempo, de un libro que a mi particular punto de vista nos describe muy bien culturalmente hablando, espero tambien tengan oportunidad de leer el libro, ahi les dejo la bibliografía:

En este libro se abarcan todas las motivaciones que el mexicano tiene para ser de la manera que es, la forma en que le fue arrebatada su identidad, como intentaron implantarle una y como ha ido perdiendo esta quedando al descubierto.

 En la primera parte del libro, el autor nos describe la situación en la cual se desarrollo la perdida de la identidad mexicana, cómo la conquista hispana trato de intercambiar nuestra cultura por la suya, pero en vez de esto dejo un vacío el cual el mexicano, el mestizo y el criollo no pudieron llenar.





De aquí que se presente el sentimiento de abandono de cual habla el autor, comparándolo con el abandono o la separación de una madre a un hijo, dándole la figura maternal ,a la cultura que nos vio nacer.


 Otra analogía que hace el autor es con respecto al padre comparándolo con el conquistador. Al cual el mestizo odia por no haber estado al lado de él, por las vejaciones que comete hacia su madre indígena y a su persona, por el abandono, por la humillación que le hace pasar en el caso de que viva con ellos. Todo este rencor inconscientemente lo transforma en una forma de ser cuando crece, lo que el padre español era para con su madre (la imagen indígena), el lo va a ser para con su esposa, aun así esta sea mestiza también. Esa discriminación indígena de los españoles, el mestizo la convierte en una discriminación total hacia las mujeres, de aquí parte el machismo mexicano.


 En la actualidad del autor cabe aclarar, las cosas no han cambiado mucho, el mexicano lleva una cercanía muy calida y placentera con la madre durante los primeros años de vida, pero esto cambia cuando llega otro hermano y sustituye ese lugar, de aquí el sentimiento de abandono. Parte la necesidad de cubrir ese descobijo formando pandillas y desarrollando un sentimiento machista, ya que la figura del padre tampoco existe, fue criado de la misma forma y el solo acercamiento hacia un hijo es impensable, seria una conducta de “maricones”.


 Ya en la actualidad podemos observar los mismos patrones conductuales, creo que la prevalencia de esto es a partir de la clase media baja hacia los más pobres. En la ciudad podemos observar este fenómeno en una forma muy clara, existen grupos de individuos que sustituyen el abandono de la madre hacia un alabamiento hacia la figura maternal de la virgen de Guadalupe. En otros casos esta figura es sustituida por la de la santa muerte.


 El amor y devoción que el mexicano tiene hacia la madre en realidad se encuentra disfrazado por un sentimiento ambivalente dice Santiago Ramírez:





“Por un lado se le adora tanto en lo particular, como en las formas de lenguaje y religiosidad; por otro se le hostiliza y odia, en virtud de un doble tipo de hechos. Se le acusa por no haber dado un padre fuerte y por haber colocado al hijo ante la terrible situación de pasar del paraíso del afecto al infierno del abandono. La situación básica es el terrible anhelo de la madre, que hace emergencia a través de la conducta cotidiana y religiosa del mexicano. Alcoholismo y guadalupanismo son dos formas de expresión, la una psicopatía y la otra sublimada, que acercan al mexicano a su madre.”


 Otra parte fundamental de la psicología del mexicano es la negación. Es un mecanismo de defensa que utiliza para ocultar sus deseos o lo que en realidad le importa. Lo convierte en un “importamadrismo”, con el cual tapa a los ojos de su conciencia el dolor del abandono, la angustia o la depresión.


 En el lenguaje se expresa el sentimiento ambivalente hacia la madre en donde  en un “me vale madre” niega su realidad, en cambio en un “me dieron en la madre” la acepta.  De aquí que también los insultos de una persona hacia la otra sean refiriéndose a la figura materna, aunque si el caso es hacia la figura paterna como por ejemplo “yo soy tu padre”, esto despierta un sentimiento de frustración y de odio hacia la persona que lo dijo, pudiendo ser motivo suficiente para cometer un homicidio.


 Para terminar este análisis podemos concluir que el mexicano ha tratado de encontrar a toda costa su identidad que alguna vez le fue arrebatada, aunque con esto haya creado una identidad bizarra y caricaturesca, siempre tomando elementos de otras culturas, los cuales terminan siendo demasiado exagerados. Pienso que el mexicano debería de dejar de tratar de recuperar lo perdido y poner más atención en crear una identidad que le permita superar su situación, aunque con esto se pierda algún vestigio de su cultura.





Bibliografía.


 Ramírez S. (2004). El mexicano, psicología de sus motivaciones. Primera edición. Debolsillo, Random House Mondadori. México.